Al tilo le encanta que hagamos rondas porque siente que lo abrazamos y le brindamos amor.
Siempre tiene algo para darnos, en otoño cuando caen sus hojas el sol se asoma tímido entre sus ramas.
Al llegar la primavera aparecen sus flores con un perfume que se siente desde la vereda.
Con el calor del verano él nos protege con su enorme sombrilla de hojas verdes.
Su raíz es profunda al igual que el sentimiento de amor que nos aúna!